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Las historias de amor no terminan bien en general

lunes, julio 9th, 2018

Una mirada a los espacios íntimos del Chile del siglo 20

Esta exposición tiene dos títulos: uno se sumerge en el lado sentimental, en una mirada quizás un poco pesimista, pero no absoluta sobre las relaciones de pareja.  Hoy en que todo se cuestiona y ya, al fin, nada es tan obvio, esta exposición mira hacia a la casi caduca figura de la vida en pareja monógama. Y lo hace desde y en un país borde y esquina del continente americano, un país aislado, hasta antes de recibir las nuevas migraciones, serio y un poco triste, marcado por una forma de ser que fue además presionada por la dictadura militar que lo aplastó aun más por casi 20 años.

La mayoría de las imágenes de esta exposición corresponde a un Chile previo a este aplastamiento descrito. Quizás (ojalá) este país ya cambió y ya es otro y esta exposición es una mirada a un Chile obsoleto, pero mal que mal es parte de mi historia, biografía y ADN.

El segundo título, o bajada, señala el espacio físico que cobija a estos seres humanos retratados. Los lugares donde el amor (o desamor)  se ha desarrollado en este país: los lugares de encuentros, de promesas, de celebraciones, que cobijan a una clase media y sus ritos. Muchos de estos lugares ya no existen,  no volverán a ser de nuevo, porque respondieron a una manera de vivir que ya cambió.

Esta exposición está cargada de símbolos extintos: como esa pareja que revisa los regalos recibidos el mismo día de matrimonio, ella con su vestido blanco, en algún dormitorio del hogar materno, leyendo una tarjeta de saludo que acompañó a la cuchillería que el novio luce en sus manos mientras en la cama se despliegan las ollas a presión, espejos y otros  objetos que días antes llegaron a la casa. Eso dejó de ocurrir: hoy la lista de grandes tiendas recibe el dinero de los invitados, y seguramente ese dinero se transformará en un pasaje al trópico. Los vestidos blancos de esta parte de la serie más que agregarle glamur o sofisticación a las mujeres, les aporta un look infantil e ingenuo: pareciera que el vestido les restara inteligencia.

Y en la mitad, con belleza y terror nos encontramos con la desnudez de cuerpos en una habitación que a una primera vista representan lo mejor del placer que se puede experimentar de a dos y luego con el zoom en la situación nos enfrenta con una muerte violenta, una violencia que se posó en ellos justamente para detener aquella manifestación de goce.

El lado más optimista de esta exposición sucede curiosa o no tan curiosamente en espacios abiertos. La simpleza de la imagen de un hombre abrochándole los cordones a una mujer en medio de un pastizal, una pareja en medio de un bosque donde la mujer luce junto a su pareja con mucha seguridad y la feliz Lucila Godoy al lado de Doris Dana en medio de árboles gigantes que se vislumbran como rayos de energía que brotan de ellas mismas. Parece que estas imágenes nos hablaran de la naturaleza y su potencia y del bien que nos hace consumirla como consumimos alimentos o como nos guarecemos del frio.

Los invito a estar de acuerdo o en desacuerdo con mis palabras y a viajar en el tiempo,  por los espacios que cobijaron amor y desamor chileno con mis pinturas.

Anelys Wolf

Para esta serie de obras se utilizaron como referencia fotos de los archivos del CENFOTO UDP, del programa Memorias del Siglo XX (DIBAM), Museo Histórico Nacional,  Archivo fotográfico del centro de iniciativas Culturales templo Nuestra señora de Loreto de Achao, Archivo fílmico y fotográfico de la serie documental Chile Íntimo y de las familias Von Kirein Galvez de la Serena, Alvarado Marín y Wolf Miranda de Ancud. 

Plantas de interior (2011)

jueves, mayo 17th, 2018

Tables and heritage, a letter from Melania Lynch (english & spanish)

jueves, mayo 17th, 2018

Nov. 16th, Isla Negra, Chile

2017.

Dear friends of Beara,

It is very strange for me to sit now at my desk in Isla Negra, Chile and think how and what to tell you about this exhibition, is very emotional….

First of all, you need to know that this show is to honor all of you, to show you respect and love for your existence, you people of Beara are so especial, and not only for me, you are special cos you choose –or not-  to live in that part of the world and that makes you very particular.

I have been like a little gypsi artist since im 17 years old, and never stayed for longer than 2 years anywhere (only when I was in Art college). Something happen in Beara that makes me stay almost 7 years and I will never forget that expirience.

When I was there all the time since I arrived there, I thought wow! this land is amazing and have the most beautiful people, kind, funny, sensitive and strong! Big hearts!! Superior Landscape!!

On a skype conversation with my friend Anelys who was at that time in Chiloé I said to her that  will be a dream to bring her here, that was on 2014th or beginning of 2015th.“This land is so connected with Chiloé, the geography, the weather, the animals and flora around…. But they have such a different way of doing things here, it’s like when im here im there too but like upside down or inside out, It was more like a special feeling, like a dream really, almost a need of connecting both places…

As we start talking about it with Anelys, the idea start growing, and then becomes a big project, which I tried hard to accomplish for months, but life just send me into another direction and the idea got frozen.

But Anelys stayed with the idea, she was already in love with Beara with all the thing I said to her.

This show is out of pure love, If Anelys is there now, is only because she had the conviction that the “idea” of going there will be so important, identify with other cultures makes us feel more humans, more universal… And also her own project of making paintings from old photographs of people or families from there is kind of a scaner of the spirit of the place, of the land, of you all…

She is like the old wonderers, a seeker, she is searching and observing the world and cultures constantly and she gives back beautiful paintings translating the life of others, that is our life as well in some way. An exercise of human identification.

Im so happy of introduce you to Anelys and her “Chilota” being, Im so glad that through art we can connect different point of the globe, and it is amazing that is happening with two little spots of the earth and not big cities, cos in little towns we use to live more separated of other places of other people! So big point there!

Thanks to everybody which help her (us) to make this possible, thanks to Sarah for hold up this exhibition and been so open with the idea, thanks to Maurren for been an angel a star a super friend, thanks to John (my landlord for years there), Marlene, Dorothy, Sheila, Eyeries people and Pubs and to all the people that facilitate photographs to Anelys and thanks to all the community of the Beara Peninsula for been part of this all heart project.

How I wish to be there with you now!!!

Big hug full of love to all of you and enjoy Anelys work and herself of course!

 

Yours Melania

 

(Carta dirigida a la concurrencia a la exposición en  Sarah Walker Gallery, escrita por Melania Lynch, artista chilena de ancestros irlandeses residente en Casteltownbere por 7 años, quien gestó la realización de  mi residencia y exposición)

Isla negra, 16 de nobviembre de 2017

Queridos amigos de Beara,

Es muy extraño, sentarme frente a mi escritorio en Isla Negra (Chile) y pensar en qué y cómo hablarles sobre esta exposición, es muy emocionante.

Primero que todo, ustedes tienen que saber que esta exposición es en honor a ustedes, para demostrarles respeto y amor por su existencia. Ustedes, gente de Beara son muy especiales, y no solo para mí, ustedes son especiales porque ustedes eligieron (o no) vivir en esa parte del mundo que les hace ser muy particulares.

He sido como una artista gitana por 17 años y nunca estuve en ningún lugar por más de dos años, solo en los tiempos en que estuve en la escuela de arte.

Algo pasó en Beara que me hizo estar ahí por más de 7 años y nunca voy a olvidar esa experiencia.

Cuando estuve allí, todo el tiempo desde que llegué pensé: “wow, esta tierra es increíble”; tengo la más hermosa gente, dulce, divertida, sensible y fuerte! Grandes corazones! Paisaje superior!

En una conversación por Skype con mi amiga Anelys  quien estaba en esa época en Chiloé le he dicho que sería un sueño traerla aquí, eso fue en el 2014  o comienzos del 2015, esta tierra está conectada con Chiloé, la geografía, el clima, la flora y fauna. Pero ellos tienen una forma de hacer las cosas diferentes que aquí,  es como si cuando yo estoy aquí, estoy allá también como de un lado y del otro al mismo tiempo, es una sensación especial, como un sueño, siempre con la necesidad de conectar estos dos lugares… Cuando comenzamos a hablar de esto con Anelys, la idea comenzó a crecer, y ahí se convirtió en un gran proyecto, el cual traté de realizar por meses, pero la vida  me envió en otra dirección y la idea se congeló. Pero Anelys continuó con la idea, ella ya estaba enamorada de Beara con todas las cosas que le dije.
Esta exposición es más que puro amor, si Anelys está ahí ahora es solo porque ella tuvo la convicción de concretar la idea de ir allá. Será muy importante puesto que identificarse con otras culturas nos hace más humanos, más universales, y también su proyecto personal de hacer pinturas de fotografías antiguas de gente o familias de allíí será una especie de scanner del espíritu del lugar de todos ustedes.
Ella es como los antiguos viajeros, una investigadora, ella está buscando y observando el mundo y las culturas constantemente y le des da de vuelta hermosas pinturas que traducen la vida de los otros, que es nuestra vida de alguna manera. Un ejercicio de identificación humana.
Estoy muy feliz de presentarles a Anelys y su manera chilota de ser, estoy muy contenta de que  a través de este arte se puedan conectar diferentes puntos del mundo y es increíble que esto esté ocurriendo con dos pequeños lugares de la tierra que no son grandes ciudades, porque en los pequeños pueblos  estamos lejos de otros lugares pero no de la gente, un gran punto ahí.

Gracias a todos por ayudarnos a hacer esto posible, gracias a Sarah por acoger esta exposición, y por su apertura con la idea, gracias a Maureen un ángel, una estrella super amiga, a John a Marleen a Dorothy y a Sheila, gente de Eyeries, a los Pubs y a toda la gente que ha facilitado fotografías a Anelys y gracias a todas la comunidad de la península de  Beara por ser parte de este gran proyecto.

Como me gustaría estar ahí con ustedes

Gracias a todos ustedes y disfruten el trabajo de Anelys y a ella misma, por supuesto.

Melania

 

 

 

Mesas y jerarquía

jueves, mayo 17th, 2018

Pinturas basadas en álbumes fotográficos familiares del siglo XX como referencia, poniendo foco en la vida cotidiana: gente, objetos y espacios  en fiestas populares y encuentros familiares que son el reflejo de nuestras comunidades y su entorno. Esta serie pone orden a una búsqueda, haciendo seguimiento a grupos humanos que al momento de la click sitúan en lugares preferenciales a líderes, o personas que están siendo sometidas a ritos sociales.
Pero más allá del espacio físico y objetos tenemos a sujetos: seres humanos y su existencia atrapada en una foto: me interesa el poder expresivo de sus gestos. Llevar al extremo una proyección del interior de cada uno de los personajes, busco entrar en la psicología del chileno, recoger su estado interior ya sea el de una persona en su individualidad como la de un grupo.
Para esta serie de obras se utilizaron como referencia fotos de los archivos del CENFOTO UDP, del programa Memorias del Siglo XX (DIBAM), Museo Histórico Nacional,  Archivo fotográfico del centro de iniciativas Culturales templo Nuestra señora de Loreto de Achao, Archivo fílmico y fotográfico de la serie documental Chile Íntimo y de la familia Alvarado Marín de Ancud.

Mesas y jerarquía / Tables and herritache (2017)

martes, marzo 6th, 2018

Regions of Desire , text for Rural glamor (english)

jueves, agosto 20th, 2015

Text for Anelys Wolf – Rural Glamour from a very Southern América

 

Regions of Desire

 

The discovery, in an archive in Chile, of a photographers work that dates from the 1970s sets the original enigma that fascinates Anelys Wolf and inspires a series of paintings entitled Rural Glamour from a very Southern América. The photos are all portraits of men taken in the countryside. “There was something different about them,” says Wolf. Having worked with photographic archives, she grasps the importance of perspective and how the photographer’s lens is much more than just a lens: it is an extension of the photographer’s eye, with each exposure capturing social, political, spiritual and personal elements. The meaning or signification of a photograph can be elusive. Like intention, it is far more difficult to ascertain. Wolf chooses to reveal regions of desire and to celebrate the existence of queer sensibilities.

 

Through her paintings, she removes the barrier between the queer and the straight realms and reveals a hidden eroticism. For Wolf, the object of desire stays the same but the point of view is liberated by a substitution of gender identity. The authenticity of the photographic source is visible in her cropped interpretations. This process of cropping reinforces a phenomenon of perceptual expansion. With loose and precise strokes, she fluidly recreates fragments of the photos and indulges in the revelation. It is an important one that, when viewed at a concrete geographical distance from its original context, away from the small windswept towns and villages of the Chiloé Archipelago, frees the artist and the viewers from scruples linked to affective ties that would otherwise paralyze a sexual interpretation. Wolf explains that, “Everybody knows each other there; everyone is identified through their family,” moreover, “…the people in the photos may still be around.” These photos were taken at the southern most tip of Chile where Wolf comes from. It is a remote place, bordered by the Pacific Ocean and the Andes mountains, fairly close to the South Pole. Isolation and conservative attitudes make it difficult for LGBTQIA individuals to express their realities and construct and maintain new identities. It is through perceived expressions; discrete, controlled, repressed, and bold extroverted ones, that Wolf proposes to explore these challenges and related issues.

 

Chile’s recent history informs the artist in her desire to bring change. The Pinochet regime marked her as she was growing up, and overcoming repression became an underlying concern. “We had to hide what we thought, it was very dangerous to reveal oneself,” Wolf recounts. Her vision is one of perlustration as she goes over details that hide a deeper significance, thus freeing a true form of expression. In her work, the formal qualities combine with the interpretational nuances. As viewers of Rural Glamour, we are not only presented with a lavish sensuality and sombre romanticism, but a variety of complex feelings that can be discerned by the fragments presented by Wolf. Chile has changed rapidly in the last ten years through reformed social policies and the promotion of human rights. This exhibition expresses that resilient transformation.

 

The sketch-like quality and movement in Wolf’s work makes it come alive. The warm greys and soft browns attract the eye and add to the pleasure of contemplating the woollen-clad crotches. One of Wolf’s favourite authors, Oscar Wilde claims that, “A work of art is the unique result of a unique temperament. Its beauty comes from the fact that the author is what he is. It has nothing to do with the fact that other people want what they want.”[i] Wolf’s work is a unique expression of her own identifications and politics, however; the self-reflexive process of experiencing her work asks us to consider how desire operates when encountering representations of queerness. Both Anelys Wolf and Oscar Wilde have had to face severe repression in their lives, and both impart insight towards self-affirmation and emancipation.

 

Lamontagne & Megan Mericle

August 2015



[i] Oscar Wilde, “The Soul of Man Under Socialism,” in The Artist as Critic: Critical Writings of Oscar Wilde, ed. Richard Ellman (Chicago: University of Chicago Press, 1968 [1891]) 270.

LA ELIPSIS DE UN ACTO FALLIDO (sobre glamour rural) / spanish

martes, julio 28th, 2015

 

La Pintura de la Wolf es como un cuento infantil; en apariencia una colección de anécdotas ingenuas, que no lo son.

La tradición pictórica, la mancha, el trazo suelto, la veladura, el gesto con el que reconstruye imaginaros desde lo ajeno, sea evocando filmes o fotografías de la vida de provincia o un archipiélago que es más mito que realidad; oculta una mirada hambrienta de los deseos de otros. Sí, Anelys Wolf es una pintora Chilota y esta condición determina su obra.  Chiloé es un archipiélago al fin del mundo, al borde de la cordillera de los Andes y la Patagonia; un territorio austral, fragmentado e ilusorio, alejado de todo y donde lo mítico se funde con la realidad, al converger sangres y tradiciones de huilliches, chonos, españoles, franceses y alemanes, como en esta artista, primero chilota, luego chilena y siempre internacional.

La pintura de Wolf, es un juego perverso y contemporáneo de apropiación de obra y de género. Ella se transforma en ese “otro” que captura en un guión o en imágenes de un evento familiar o social para el recuerdo, o directamente, en el que desea un cuerpo que no tendrá, salvo preservado en un papel, como otros tantos actos fallidos en una tierra inconexa.

La artista ha nombrado su exposición como “Glamour Rural”, más para insistir en la idea de apropiación de registros fotográficos que presentó en su serie “Glamour Chileno”, imágenes del Chile provinciano de las décadas de los 50 a los 80s del siglo pasado. Pero estos nuevos trabajos,  si bien están bajo la misma paleta de grises nostálgicos, tienen una carga sexual densa y oscura.

Una serie de fotografías de más de 30 años de antigüedad, capturan en el archipiélago de Chiloé a hombres jóvenes anónimos, sean turistas de paso o habitantes de las islas. Son jóvenes contentos, de vida sana y relajada, en un paisaje campesino y austral. En apariencia estas fotos no tienen nada de particular, salvo que el ojo que retrata esta colección de figuras masculinas, también es masculino. En ellas hay un deseo reprimido, donde el objeto sexual, el punctum de la imagen, se disuelve en el paisaje negándose a ver lo que anhela desesperadamente. Estas imágenes que nos acercan inevitablemente a las fotos del Barón Wilhelm von Gloeden con sus fotos de jóvenes sicilianos, se diferencian del carácter homoerótico explicito de las recreaciones del fotógrafo alemán.

Wolf, hace suyas estas fotografías y explicita el deseo genital del autor. Subraya la mirada penetrante bajos los pliegues de telas, las poses relajadas, las manos, sonrisas o miradas cómplices. Así, mediante este juego, ella se transforma en él y borra lo superfluo de la imagen liberando la pulsión erótica.

La elipsis implícita en su pintura evidencia al deseante y a la narración oculta en la imagen de un joven retratado un día de verano. Aquí, citando a Baudrillard, la ausencia seduce a la presencia, al fragmentar pictóricamente la realidad de la imagen y darle sentido a las partes que la componen pues en su totalidad la imagen es inofensiva. En esta suerte de exorcismo “la muerte siempre esta en juego, siempre se trata de captar o inmolar el deseo del otro”*… de ser el otro.

*(De la Seducción, Jean Baudrillard).

 Raúl Miranda

Julio de 2015

 

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Glamour Chileno (spanish)

viernes, junio 19th, 2015

Hubo un tiempo -hace más tres décadas- en que las fotografías eran un evento. Un tiempo en que se fotografiaba sólo lo importante: una reunión familiar, un evento social,  la partida a un viaje, un matrimonio, amén de los retratos de familia. Entonces quienes se enfrentaban al lente lo hacían con solemnidad, incluso cuando tenían que actuar con naturalidad había una actitud. Todos querían salir perfectos o, al menos, se esforzaban para lograrlo: mujeres, hombres y niños se preocupaban de su aspecto (por lo menos se peinaban antes del clic). En esas imágenes había una inocente búsqueda de distinción y la necesidad de congelar un momento especial, que luego quedaría guardado en álbum de fotos: bitácora visual que se mostraría con orgullo a familiares o amigos cercanos. Un testimonio de la vida en familia, del cambio, de los momentos felices.

Los álbumes de fotografías, la nostalgia de un tiempo perdido, pero registrado en blanco y negro por una cámara, y la dignificación de un refinamiento con rótulo de provincia que hoy sólo parece una tentativa, fueron el punto de partida de “Glamour Chileno”, la nueva muestra de Anelys Wolf. La artista plástica -nacida en una familia de Ancud, formada en la Universidad de Chile, retornada a Chiloé- partió trabajando con las imágenes de los álbumes que sus padres tienen en su casa en Ancud. Con sus trazos reinterpretó esas fotografías -recapturó lo ya capturado-  y logró unir en sus pinturas la memoria y la experimentación estética.
En el proceso fueron apareciendo más fotografías de otras situaciones, de colecciones de recuerdos familiares o sociales de otros, de épocas antes de que el disparo del fotógrafo se convirtiera en un acto instantáneo y las imágenes fueran algo desechable, y quizás lo más importante:  de otros lugares de Chile.
Revisemos: Un grupo de señoras -de vestidos blancos, collares de perlas y abullonados peinados de peluquería-  que celebran con champaña en 1963, durante un matrimonio, en la comuna de El Palqui, al interior de Ovalle, en provincia. Cuatro hermanas, con vestidos de modista y taco alto, tratando de mantener la pose en el muelle de Ancud, en Chiloé, a fines de los ‘50. Una reunión social de los ‘70 en un Rotary Club (que junto con las diferentes versiones provinciales de El Club de Unión, era el máximo centro de roce social y estatus de cada ciudad). Una fila de  candidatas a reina de alguna festividad local que camina sobre un escenario (proscenio, como se decía en esa época) esperando ser coronadas. El bautizo de una lancha chilota con cura incluido. Dos lolos bailando en malón. Un grupo de madres y esposas tomando té en una actividad benéfica.
En todas estas pinturas hay cotidianeidad y nostalgia. Además reflejan las pretensiones de glamour en eventos y lugares donde difícilmente este concepto podría ser un patrimonio.  Para muchos –que asocian la palabra con la elegancia, opulencia, brillo y riqueza- estos intentos de glamour nacionales, de hace tres décadas y de provincia, no pasan del deseo. De la aspiración. Incluso, de la ironía.  De la fantasía de pueblo chico que sueña en grande, embellece lo exiguo y enaltece lo mínimo. Y Chile para muchos es un pueblo chico.
En su ensayo “elogio del glamour”, el psicoanalista italiano Marco Focchi rescata la noción más primitiva del concepto: “ese encanto que hace parecer a las cosas como más bellas de lo que son”. Es el ejercicio que realiza Anelys Wolf con sus cuadros de situaciones y momentos ya perdidos  que hoy parecen poca cosa, pero que para sus protagonistas fueron mucho.
Retratos de una época simple y con toques pueblerinos, que es reinterpretada con una nostalgia que la hace más bella y, a ratos, magnífica dentro de su inocencia y precariedad.
Nota: La  palabra glamour proviene de la voz escocesa “glamour” o “glamor”, alteración del inglés “grammar”, que procede del vocablo griego para gramática. Inicialmente tenía el significado de un “hechizo” que afectaba la percepción visual de una persona, mostrando los objetos percibidos de una manera diferente de la supuestamente real: más atractivos y glorificados. Walter Scott la usó con este sentido en sus poemas.  En el siglo XIX se redujo a un término que simplemente describía la belleza y la elegancia de un objeto, de una manera ilusoria o romántica. Hoy alude a las características sensuales y atractivas, en la moda, el arte y aspectos de la cultura popular, especialmente lo frívolo y superficial.
Juan Luis Salinas Toledo

Rural Glamor (2015)

viernes, mayo 29th, 2015

Grabados / Engraving (2014)

lunes, junio 16th, 2014